
- Por: Lena Suchini
¿Sabías que tu celular roto podría estar contaminando el agua que bebes y el aire que respiras? Cada año, Guatemala genera miles de toneladas de basura electrónica que, en su mayoría, terminan sin tratamiento adecuado, afectando gravemente nuestro ambiente y la salud de comunidades enteras. Este problema invisible es más cercano de lo que imaginas.
¿Qué son residuos electrónicos?
Los residuos electrónicos también llamados RAEE o E-Waste, son cualquier artículo desechado que tenga funcionamiento con baterías o electricidad. Entre ellos están los celulares, electrodomésticos, computadores, televisores, cepillos eléctricos, controles remotos…. Estos dispositivos contienen sustancias tóxicas como plomo, mercurio, cadmio y retardantes de llama, que pueden filtrarse al suelo y causar consecuentemente daños al ambiente y nuestra salud. (Baldé, Forti, Gray, Kuehr, & Stegmann, 2017)
En 2022, el mundo generó 62 millones de toneladas de basura electrónica, lo que equivale a apilar más de 7,000 Torres Eiffel en residuos. Guatemala, sin una legislación clara ni sistemas de recolección adecuados, contribuye con miles de toneladas que terminan en vertederos o quemados, liberando toxinas peligrosas. Solo el 22% se recicla correctamente, el resto se pierde y contamina.
“Los habitantes de los países de ingresos medianos y bajos, en especial los niños, son los que más expuestos están a los riesgos que entrañan estos desechos (…) contienen y/o generan materiales nocivos para la salud y muchos de ellos son perniciosos” (World Health Organization, 2024)
¿Qué pasa con el E-Waste en Guatemala?
¿Recuerdas algún celular, tablet o reloj roto que tuviste? ¿Alguna vez pensaste en cómo fue reciclado?
Probablemente si lo tiraste a tu basurero corriente, terminaría en el vertedero de la zona 3 de la Ciudad de Guatemala. Cuando los dispositivos electrónicos se tiran sin tratamiento formal terminan filtrándose en el agua, tierra y ambiente representando una amenaza grave al ecosistema y a nuestra salud.
Un dispositivo electrónico mal desechado no es solo “basura”, sino una bomba tóxica en potencia que contamina durante décadas.
Guatemala, carece de una legislación clara y sistemas eficientes de recolección adecuados. La mayoría de residuos termina en vertederos informales o incinerados, generando liberación de tóxicos y contaminación local.
No basta con desconectar.
Guatemala genera inmensas toneladas de tecnología año tras año, pero la atención que se le da al problema es casi nulo, dejando consecuencias ambientales y riesgos graves para la salud de nuestras comunidades.
Estos dispositivos contienen circuitos, metales pesados o contaminantes plásticos que no desaparecen. Lo respiras, lo sientes en el agua, el suelo donde se cultivan los alimentos y drenando la salud de comunidades enteras.
Para entender la magnitud de esta problemática, aquí algunos efectos de los metales más comunes en tus dispositivos:
- Plomo: puede causar retraso cognitivo y problemas en el desarrollo infantil.
- Mercurio: afecta el sistema nervioso y daña el desarrollo fetal.
- Cadmio: produce daño renal y, a largo plazo, es cancerígeno.
Aunque no es en Guatemala, Agbogbloshie, en Ghana, es uno de los vertederos de residuos electrónicos más conocidos del mundo. Allí, jóvenes queman cables para extraer cobre, inhalando metales pesados diariamente.
“La concentración de plomo en la sangre de los trabajadores superaba por más del doble los niveles seguros según la OMS” (Amoyaw-Osei et al., 2011).
La verdadera inteligencia no está en nuestros aparatos, sino en cuestionar que tanto daño hace algo que parece inofensivo e informarse en cómo actuar, puntos de reciclaje cercano o puedes donar tus dispositivos en buen estado. Porque el precio de la comodidad no puede ser el colapso del planeta.



